La película animada inspirada en el universo psicodélico de los Beatles nació por obligación, pero dio la oportunidad a un grupo de artistas de crear una propuesta alejada de la animación de su tiempo.
Los 50 años del estreno de la película animada Yellow Submarine se celebran con su regreso a los cines. Desde el 8 de julio la cinta se exhibe en salas de cine de EEUU, Irlanda y Reino Unido, en una versión restaurada en calidad 4k con sonido remezclado en stereo 5.1 envolvente, cuyas entradas se pusieron a la venta en abril con total éxito. En el sitio web yellowsubmarine.film se pueden adquirir tickets y mechandising tan diverso como trajes de baño, poleras, calcetines y una novela gráfica, entre otras.
El filme nació por cumplir. A comienzos de 1967, los Beatles por contrato debían una película a la productora United Artist, tras estrenar A hard day’s night (1965) y Help! (1965). Pero a los de Liverpool no les apetecía volver a los sets y aprender libretos. En esos momentos estaban enfocados en crear música a tiempo completo tras renunciar a las giras. Entonces la idea de una película animada surgió como solución, pues no requería mayor participación de la banda y solo se les obligaba a contribuir con cuatro canciones nuevas.
En rigor, fue el productor de televisión estadounidense Al Brodax quien ofreció a Brian Epstein, manager de la banda, la posibilidad de realizar un largometraje animado sobre el cuarteto. No era la primera vez que hacían negocios; el norteamericano fue el realizador de la serie de cartoons sobre la banda –llamada The Beatles– que el canal ABC exhibió con éxito los sábados en la mañana entre 1965 y 1969. Con ojo comercial, el productor intuyó que si la animación era rentable en la pantalla chica, se podía dar el salto al celuloide.
Solo un detalle complicaba la producción del filme: a los Beatles les desagradó la serie animada emitida por ABC. Les parecía simplona y que los encasillaba en estereotipos. Además, aparecían cantando sus canciones sin mayor explicación. Por eso, aunque no se involucraron en el trabajo de la cinta, exigieron un producto de mejor calidad.
Con un presupuesto de 250.000 libras, el equipo liderado por Brodax y el director George Dunning contactó al diseñador gráfico checo Heinz Edelmann para que trabajara en los dibujos del filme, con la premisa de que fueran diferentes a las caricaturas sobre los fab four que ya existían. El artista no miró muy lejos: la estética del disco Sgt.Pepper’s Lonely Hearts Club Band, lanzado en mayo del 67’, y el auge de la psicodelia le dieron el insumo que necesitaba para dotar de carácter a sus creaciones.
Edelmann trabajó en las oficinas de Soho Square en Londres y dormía solo cuatro horas diarias. De su inspiración nacieron los diseños de todos los personajes: los Beatles, los Blue Minnies, el Capitán y Jeremy, quien está basado en Flook, el personaje de una historieta que circulaba en el Daily Mail. Su idea era crear diseños totalmente diferentes a los del universo Disney.